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Fernando Atria: “Lo que es una irresponsabilidad es no pensar que la estabilidad institucional está en problemas”

Experto devela las claves del momento político y el debate que marcará el inicio de la próxima administración.

Por: Por B. Gutiérrez y A. Chávez
 | Publicado: Lunes 30 de septiembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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El 17 de enero de 2010, la Concertación enfrentaba su primera derrota presidencial tras 20 años en el gobierno. Al día siguiente, el abogado Fernando Atria, concretaba su ingreso a las filas del Partido Socialista. Con el mismo énfasis, el también académico de la Universidad de Chile y de la Adolfo Ibañez, cree que cuando alguien decide aportar en un proyecto político, como él lo hace actualmente en el comando de Michelle Bachelet a través de la comisión de Constitución, no se puede esperar que lo que se propone sea acogido en un 100% y menos aun, exponer públicamente planteamientos que obliguen a la abanderada a dar explicaciones sobre por qué decidió de tal o cual manera.

Su mirada, no obstante, es conocida y ahora ha quedado plasmada en el libro “La Constitución Tramposa” que lanzará el 14 de octubre.

“En el caso chileno, en que nuestro problema constitucional es que la Constitución es tramposa, en el sentido que beneficia a unos contra otros y que nunca puede ser reconocida como nuestra por todos, hay una constatación: cualquier reforma constitucional que se haga a través del procedimiento del artículo 127 no va a hacer sino reproducir el problema. La reforma de 2005 eliminó algunas de las trampas como los senadores designados, pero ocurrió porque ya se habían gastado (...) Lo que demuestra el 2005 es que es posible eliminar trampas a través de mecanismos de reforma constitucional, pero solamente las que ya no sirven y sobrevivieron todas las demás (…) Una reforma constitucional hecha otra vez de esa manera, mi vaticinio es que haría muchas cosas interesantes, pero no eliminará las trampas que están vivas. Por ejemplo, va a lograr alguna modificación del binominal pero no su abolición; mantener hoy el sistema binominal como está representa, para quienes lo defienden, un costo demasiado alto.

Es necesario aceptar algún tipo de reforma, de hecho, diría que la derecha debería haber aceptado la eliminación del binominal el 2005, les hubiera convenido, piensen en lo distinto que sería la discusión constitucional actual si la derecha hubiera entregado el binominal, ese fue uno de sus graves errores constitucionales, porque se engolosinaron y ahora están tratando de solucionar el problema”.

- Así como la modificación del binominal está en una etapa más avanzada ¿cuáles otras “trampas” se podrían superar?

- En términos de las trampas, en ninguna otra. Aquí tenemos tres trampas y una metatrampa: una es el sistema binominal, las leyes de quórum calificado y la competencia preventiva del Tribunal Constitucional, y una que cuida todas las demás, que son las reglas de reforma constitucional. Los quórum de reforma constitucional de laCconstitución de 1980, son evidentemente exagerados, la de 1925 tenía como quórum de reforma constitucional para cualquier artículo, la mayoría absoluta de senadores y diputados en ejercicio, lo que hoy es la condición de ley de quórum calificado, ni siquiera de ley organica constitucional. La Constitución actual tiene como condición de reforma los 3/5 de 2/3 de los senadores y diputados, (72 u 80 diputados), es completamente imposible. Las reglas sobre reforma constitucional de la Constitución de 1980, no están pensadas para darle estabilidad al texto constitucional. Sí muestra que el sentido de esa reforma es que no se puedan hacer reformas sin la aprobación de la derecha, es un veto dado a la derecha. Así, la trampa es un juego donde el que pierde, gana.

- ¿La discusión sobre si lo que se requiere es una reforma o una nueva Constitución, está bien orientada a su juicio?

- Qué es una Nueva Constitución y cómo se distingue de una reforma constitucional, es algo relativamente claro, la única discusión políticamente relevante es si requerimos Nueva Constitución o Reforma Constitucional. En cualquier otro contexto parecería un ejercicio teórico pero después de la experiencia de 2005, en que la reforma fue presentada como una nueva constitución, es evidente que hay un problema. Cómo personas con tanta experiencia política como el ex presidente Lagos, simplemente se equivocaron al identificar como Nueva Constitución algo que no era sino una reforma. Está claro que no podemos dar por sentada la diferencia.

- ¿Cuáles son las diferencias más relevantes?

- El texto de la Constitución de 1925 se presenta como una reforma constitucional porque el Congreso ha dado su aprobación. Muchas de las reglas de esa Constitución están reproducidas en la del 80. Esta última, no se produjo a través del procedimiento contenido en la Constitución de 1925 para la reforma constitucional, porque el golpe de Estado no estaba entre los mecanismos de reformas constitucionales (...) Es una nueva Constitución cuando se produce a través de mecanismos distintos a los procedimientos establecidos en la reforma constitucional de la vieja Constitución. Eso tiene un sabor formalista de abogado, pero es relevante. ¿Por qué la Constitución de 2005 no fue una nueva Constitución? La respuesta es a nivel de contenido, a mi juicio, porque dejó lo importante de la de 1980 en pie, y allí están las trampas constitucionales.

- ¿Y por qué a su juicio, no modificó las “trampas”?

- Porque se dio conforme a los procedimientos contenidos en la Constitución de los 80, es lo más obvio del mundo. Si uno manda un proyecto de ley al Congreso de reforma constitucional de manera tal que lo único que va a ser aprobado será lo que reciba los 2/3 de los votos de senadores y diputados, lo único que va a poder aprobar es lo que aprueben esos 2/3. Si la derecha no quiere eliminar el binominal, podemos discutir todo lo que quieran pero el binominal no se elimina. Políticamente, lo que importa cuando se habla de nueva Constitución es que se trate de una decisión constitucional que no esté presa de la decisión constitucional vigente, que fue lo que le pasó a la de 2005. No considero que esto sea inadecuado porque yo quiera incendiar la pradera, lo es porque si se hace a través de esos mecanismos va a estar determinada por la decisión constitucional vigente.

- De allí que la estrategia del comando de Bachelet esté abocada a buscar la mayor cantidad de doblajes que permita avanzar en materias que requieren quórum. ¿No existe otra alternativa?

- Van a haber más doblajes que los que hubo en la última elección, pero no van a ser suficientes, porque el sistema está pensado para que así sea.Habría que imaginarse el siguiente escenario probable: Bachelet gana con una mayoría considerable y que se expresa en el ámbito parlamentario con mayoría simple en ambas Cámaras, lo que en política es un exito resonante. En ese contexto, dice que quiere cumplir su compromiso de campaña de eliminar el lucro en la educación, por ejemplo, pero el proyecto rebota porque no existe los 4/7 de quórum. ¿Cómo queda el sistema político después de eso? ¿Los que estaban detrás de ese fin por ejemplo, van a postergar ese anhelo? No, ahí el que pierde es el sistema político en términos de legitimidad y respetabilidad. Cuánto más aguanta el sistema político, es una situacion altamente inestable. La posibilidad de darle a este problema una solución razonable a través de la discusión y la deliberación, existe pero no va a existir para siempre, y va a llegar esa solución tan típicamente latinoamericana que es una institucionalidad diseñada para excluir y neutralizar las demandas populares de transformación hasta que empieza a crecer y alcanza un nivel tan grande que se lleva por delante todo.

- Pero su pronóstico es muy pesimista...
- El juicio contra la Concertación es que hicieron reformas pero terminaron administrando el modelo. Si Bachelet quisiera hacer reformas profundas sin tener los 4/7 en ambas Cámaras, terminaría administrando el modelo, podría ser una administración mas agresiva, pero no podría cambiar nada fundamental. Esa incapacidad de hacer cambios que son cada vez mas demandados y pensar que no le van a pasar la cuenta al sistema político, en términos de legitimización, es insensato. No estoy diciendo que vaya a pasar algo al día siguiente de la elección, pero creo que la luna de miel va a ser bastante corta, y se van a dar cuenta que por aquí no se llega a ninguna parte (...) Pensar que se puede seguir en esta fórmula indefinidamente, es no entender las condiciones de estabilidad de las instituciones políticas: son estables en la medida que dan cuenta de lo que parece en general, políticamente conveniente y necesario.

- ¿Según su análisis, el hito, dónde se rompe esa estabilidad está en las movilizaciones de 2011, no antes?

- Hasta 2011 no había irrumpido una demanda de transformación o de modificación profunda del modelo suficientemente grande, lo más grande había sido lo de los pingüinos que fue neutralizado...

- Pero de igual forma se pasó la cuenta sobre esa “neutralización...
- El punto es que les rebotó en 2011, porque el movimiento estudiantil intentó ser neutralizado de la misma forma, con el FE o el GANE, pero les salió el tiro por la culata y costó la renuncia de ministros. El movimiento de 2006 pudo ser neutralizado, cuando se intentó hacerlo con el de 2011 lo que quedó en cuestión fue la institucionalidad neutralizadora y eso cambió todo para el futuro. Ahora habiendo una demanda más grande, que necesita ser procesada a través del sistema político, no puede ser que tras dos años no haya pasado nada en términos de esa demanda. Esto es como la imagen de los patricios romanos, comiendo y bebiendo en Roma mientras los bárbaros están afuera…


- Entonces, ante un estallido inminente ¿cuál es el camino?

- Esta es una constatación de los hechos por lo que no necesariamente tendría que tener una salida (…) ahora lo que mas o menos ha dicho Ignacio Walker refiriéndose al sistema binominal pero va más allá, es que aquí hay una bomba de tiempo. Eso es mas incendiario que decir “por las buenas o por las malas”. Si tenemos una bomba de tiempo instalada en el seno de nuestra democracia, lo que sería razonable es que entre todos la desactivaramos. El problema es que la historia política de los pueblos muestra que en general, no se actúa con ese nivel de racionalidad y que quien tiene un beneficio, se aferra hasta que no puede más (...) Aquí lo que tenemos son reglas institucionales que lo que hacen es neutralizar estas demandas transformadoras. Cuando hablaba de “por las buenas o por las malas” es que este dique, va a ceder por las buenas o por las malas y va a ceder porque encontramos la manera de darnos nuevas reglas constitucionales cuyo sentido no sea bloquear como un dique sino canalizar como un conducto o esa bomba de tiempo que esta puesta en la mitad del dique va a estallar. Todavía hay espacio para transformar el dique en un canal porque la idea de Constitución y tradición democrática no es una manera de limitar, aunque también limita, pero lo central de la Constitución es que provea formas de canalización de transformación de demandas populares en demandas políticas que puedan ser procesadas por el sistema político.

- ¿Ese canal es necesariamente una Asamblea Constituyente (AC)?

- Con la AC hay que hacer lo mismo que con la idea de la nueva constitución, antes de preguntarse si se necesita hay que tratar de identificar cuál es el sentido político de una AC y creo que hay una implicación recíproca entre nueva Constitución y AC, pero no en el sentido que nada que salga distinto a una AC podrá ser una nueva Constitución. Lo que se necesita es una decisión constitucional que no esté determinada por las reglas constitucionales actualmente vigentes, porque si es así no se soluciona el problema.

La pregunta ahora es cómo lo logramos, no nos sirve a través de los mecanismos vigentes, debe ser una solución distinta que no está escrita en ninguna parte (...) Una Nueva Constitución en algún sentido tiene que ser como hacerse camino al andar: tiene que ser una Constitución en que no hay imposiciones unilaterales de nadie, que pueda ser reconocida por los distintos grupos sectores, sensibilidades que conforman la nación chilena, ojalá un procedimiento que sea representativo de la diversidad de todos los chilenos y que sea reconocida como legítima, un mecanismo que sea simétrico (...) a dónde llega uno, a algo más o menos parecido a una AC, pero no por el camino de decir que es la única manera sino por un camino largo (...) un mecanismo que sea más abierto, participativo ,igualitario posible y ¿eso cómo se llama? es una decisión por deliberación de asamblea. Ahora quiere decir eso que cualquier solución que no venga por decisión de AC será inaceptable, no, no quiere decir eso (...) pero creo que la Asamblea Constituyente es el mecanismo que corresponde de modo más pleno a la solución al problema que enfrentamos.

- ¿Es en este tema en el que la próxima administración se juega la vida?

- Lo que creo es que en el contexto actual es una irresponsabilidad no pensar en este problema. Cuando Camilo Escalona decía esto de que son irresponsables y andan fumando opio los que están pensando en el problema constitucional en estos términos. Entiendo lo que lo mueve, dice que la normalidad institucional que tenemos en Chile es un logro que debe ser apreciado por todos, eso es verdad, lo que me llama la atención es que él no vea es que es esa estabilidad institucional la que está en problemas, precisamente por esto que hemos estado hablando, diría yo, con el mayor de los respetos por el senador Escalona, el que es irresponsable no es el que dice que aquí hay que hacerse cargo de este problema, mientras todavía podemos hacerlo de un modo razonable y político, es irresponsable el que dice y como lo dice él: mientras no haya una situación grave de crisis institucional y de inestabilidad, no hay problema.


- ¿Por qué Escalona parece más receloso que incluso varios de la misma derecha?

- Yo no creo que Camilo Escalona se haya convertido en una derechista disfrazado, él tiene una historia política más digna que la mía, lo que le pasa es que pertenece a una generación que quedó traumatizada. Entonces él esta actuando de acuerdo al trauma que tiene, lo entiendo pero ¿tenemos que vivir nosotros presos del trauma? Esto debería manifestarse en las elecciones, quienes tienen esas posiciones que no son reconocidos por los demás, así debería funcionar el sistema.

Resignificación de la Nueva Mayoría

- ¿La Nueva Mayoría, desde su perspectiva, está alineada y consciente del momento clave que ud. visualiza?
- En la Concertación, que ahora con alguna adhesiones se llama Nueva Mayoría, se produjo en 2011 un cambio significativo. Con posibilidades de ganar en primera vuelta, mi posición es que uno no puede darse el lujo de decir que si no lo hicieron en 20 años no lo van hacer nunca más, es parte de la política que la cosas van cambiando.

- ¿Todos están en esa línea?
- Por supuesto que hay gente de este lado que no ha pasado por el proceso de resignificación post 2011, por ejemplo, la candidatura de Andrés Velasco que se equivocó de primarias.

- ¿La Nueva Mayoría es realmente algo nuevo?
- La Nueva Mayoría tiene sentido pensarla en que hay grupos que antes no estaban, pero eso no es lo interesante, hay un tema de resignificación: creo que hoy no haría algo como el CAE. Esperar para sumarse a un esfuerzo colectivo que la condición sea que los resultados están garantizados, no tiene sentido. Hay espacio para ser optimista de lo que la Nueva Mayoría y Michelle Bachelet vaya a hacer.

El riesgo del populismo

- Si no se concreta la idea de una Asamblea Constituyente, significa que los políticos no están escuchando a la calle...
- En un contexto de crisis de legimitidad hay un premio para el que está dispuesto de aceptar las demandas de la calle en sus propios términos, porque aparece como queriendo atender la voluntad del pueblo. Esa es la razón que en una situación como la actual no tendría nada de raro que se solucionará por la vía populista, un "Ibañazo" que llega con una escoba y barre con todos estos políticos. El sistema político debe dar cuenta de la calle, no en los propios términos de la calle, porque tienen que ser racionalizadas. Pero la manera en que se presentan hoy, es el contexto en que el surgimiento de alternativas populistas es probable.

- ¿Cómo ME-O, Parisi o Claude?
- No son todos iguales. Me cuesta menos calificar de populismo en el sentido oratorio a ME-O que Parisi. ME-O es  la respuesta a un problema, no la mejor, pero uno no puede calificarla de populista. A diferencia de Parisi, su candidatura es la que mejor muestra como hoy día podría solucionarse el problema, de una manera no adecuada.

 

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